Cuando un sistema hidráulico trabaja, al pasar el tiempo el aceite hidráulico que utiliza empieza a calentarse durante el transcurso del día. Cuando el aceite llega a una temperatura en donde el calor generado y el calor que está siendo enviado a la atmósfera son iguales, se llega a la «Temperatura de Nivelación». Generalmente esta temperatura es de 54º Centígrados o 130º Fahrenheit. Los sistemas hidráulicos trabajan óptimamente a esta temperatura. Cuando el calor generado por el sistema es mayor que el calor que está siendo enviado a la atmósfera, se llega a niveles de temperatura alta.
A niveles de temperatura alta el sistema puede llegar a tener problemas de funcionamiento o de desgaste de algunos de sus componentes. Los sellos y los filtros pueden deteriorarse fácilmente, la vida del aceite se acorta, además puede haber fallas en la bomba o en el motor hidráulico y fugas excesivas en los carretes de las válvulas. El aceite de un sistema hidráulico no debe ser utilizado a temperaturas mayores de 93º Centígrados o 200º Fahrenheit.